Declaración pública
La aprobación del megaproyecto hidroeléctrico Hidroaysen por parte de la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) con 11 votos a favor y una abstención (ningún voto en contra) significa un atentado contra la belleza de nuestro país, de nuestros recursos; pero sobre todo contra la ciudadanía. Dejando en claro una vez más el carácter mercantilista del gobierno actual, aprobando un proyecto al cual se le han detectado más de 1000 falencias, que vela por los intereses de los grandes núcleos comerciales de las transnacionales por sobre la calidad de vida de los propios chilenos.
Diferentes comunidades locales y organizaciones ciudadanas de diversos intereses se han mostrado en contra de este proyecto energético bajo múltiples argumentos, sin embargo, el centralismo político en la toma de decisiones y la incapacidad por parte de las autoridades de escuchar a quienes los han elegido ha puesto en peligro uno de los lugares más hermosos de nuestro planeta, con el único propósito de enriquecer (aún más) a unos pocos a costa del perjuicio de las mayorías.
El descontento por este tema ha convergido en marchas a nivel nacional demostraban el descontento de la ciudadanía frente a la decisión verticalista y centralista tomada por la CEA (integrada principalmente por funcionarios gubernamentales) el pasado 9 de mayo. Las fuerzas policiales no tardaron en reducir violentamente a ciudadanos descontentos, tristes, rabiosos, pero sobre todo concientes, que frente a los escasos medios de participación en la toma de decisiones se moviliza para hacer presión a las autoridades. No obstante, un Gobierno sordo y favorable a hidroaysen no se alarma al tener de su lado el poder (en la toma de decisiones) y el monopolio del uso de la fuerza (policía); todo anticipa que aunque se pueda apelar ante el Consejo de Ministros la aprobación de este proyecto no sufrirá un giro (como la mayoría esperamos, queremos y pelearemos para que así sea).
Chile debe y puede ser un lugar mejor para lxs chilenxs y no un paraíso para los inversionistas que alimentan una visión cortoplacista, sin tener en encuentra las consecuencias de sus acciones, solo buscando el lucro máximo.
Mientras existan ciudadanos movilizados habrá posibilidad de mejorar nuestro modo de vida y de proyectar un mejor futuro para nuestros hijos y nietos.
El medio ambiente tiene límites, la ambición de los capitalistas no… y nuestras fuerzas para luchar por un Chile y un mundo mejor tampoco.
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